“Mutar para ser mejor” me encanta esta frase de una canción de Lisandro Aristimuño. El proceso cerámico está cargado de mutaciones, casi nada es previsible. Se necesita de tiempo y paciencia para observarlas y disfrutarlas. Casi como en la vida, las cosas se modifican constantemente y algunos resultados son sorpresas inolvidables. En un mundo de resultados, la cerámica es proceso. Todo es lento y poco controlable. Dependerá del clima y sus variaciones, de las características de la pasta, de las variaciones térmicas de tu horno, de los procesos químicos y demás alquimias que se suceden con el fuego. No podrás controlarlo todo y aceptar las mutaciones será parte inevitable de la magia cerámica.
La vida es cambio y el cambio, movimiento. Por qué nos cuesta tanto mutar? mutar como la cerámica! lo hacemos naturalmente y biológicamente (sin poder modificarlo) pero cuando nos proponemos cambios ideados, es más difícil. Una idea, un deseo, puede conducir a un cambio pero este será complejo, habrá que defenderlo (sobre todo ante nosotros mismos) recrearlo, reforzarlo, definirlo, discutirlo mil veces hasta que el movimiento asome. Hay una estructura armada para cada uno y pelear por reconstruir y hacer cambios será una misión difícil para algunos, imposible para otros e innecesaria para unos cuantos.
El movimiento conduce a la libertad ¿Cómo lo ves vos?. Cada mutación es una conquista.
Mutemos como la cerámica! qué decís?